Son las
ocho de la mañana y aún no me quiero levantar.
Todo el mundo hoy 14 de Febrero celebra el día del amor. Ya tengo 70 años y mi
viejo tiene cinco más que yo. Los hijos vendrán
en la tarde y eso ya no me preocupa ya
se atienden solos…
“Día del
Amor” dicen con tanta gracia; cuando el
amor en mi vida lo ha sido durante cincuenta años. Mi viejo me ha acompañado todo este tiempo. Claro no puedo decir que todo ha sido paz y
amor porque la vida se compone de altos y bajos. Sobresaltos económicos, enfermedades
imprevistas de los niños cuando eran chicos, etc. etc.. Pero trato de recordar si alguna vez el amor
me fue esquivo y no tengo registros de eso. Siempre estuve acompañada de mi
esposo, de mis hijos y la familia.
Recuerdo
una noche en que mi maridito llegó de
madrugada, con mucha alegría en el
cuerpo y aún con ganas de divertirse. Yo estaba muy enojada, tenía veinticinco años apenas y sentía que él me
estaba faltando el respeto. Mientras más
el se justificada yo más enojaba. Me sentía cansada por haber estado toda la
noche despierta, inquieta y con el terror de que le hubiese pasado algo en la
calle. Me tranquilizaba el que nadie me
hubiese avisado si algo andaba mal porque las malas noticias llegan primero que
las buenas.
Después
me contó que ese día viernes su jefe lo había invitado a tomar una copa acompañado de otros compañeros. Era algo inocente pero él no pensó en
avisarme y se le había hecho tarde. ¿Qué
le hubiese costado avisar? Bueno ha pasado tanto tiempo y ya está en el Baúl de
los Recuerdos. ¡Pero qué le hubiese costado avisar…!
¿Qué es
el amor? El amor es lo que he vivido en
mi vida. Un largo amor con altos y bajos
todos los días. El amor se vive así,
simplemente, como dice el Principito
“regándolo todos los días”.
Hoy
tengo 70 años y cincuenta lo he pasado acompañada. Esposo, hijos, nietos y si
sigo viva podré quizá tener bisnietos. La salud está un poco mala…pero es que ya la
salud nos pasa la cuenta. A veces olvido
algunas cosas pero después me acuerdo y sigo con mi vida. Mi esposo está bien aunque tengo que gritarle
porque él no oye. El me dice que yo
habló bajo y si grito se enfada porque “él no es sordo”. Es que así somos los
adultos mayores como graciosamente nos dicen.
Será que no nos dicen “viejos” porque le temen a su propia vejez, Jijiji, da lo mismo, da lo mismo... ¡Somos viejos
pero estamos vivos y eso si importa!.
He
conocido el amor. SI, lo he conocido, lo he vivido y disfrutado
… Amo y soy feliz, aunque a otros le parezca una vida insulsa, sin sorpresas,
pasiones o emociones.
Y ahora
los dejo porque me debo levantar y seguir con mi vida… Si soy feliz y he vivido
el amor intensamente. Hoy lo celebraré
con él y la familia.
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