Y
Y
seguirán
cayendo las palomas ennegrecidas en
las brumosas
blanquecinas cenizas del
volcán
furioso
que llega desde la distancia de los verbos recitados como letanías
de rezos imaginarios una y otra vez interminable... Eliminaré los
obstáculos, sé que siempre los hay,
aun así siempre logro desafiarlos ganándoles la partida imaginaria
entre círculos imaginarios, asomará
el verbo a las antiguas calles buscando
su moneda ganada en tardes de sexo robado, con un carterita en la
mano y un cigarrillo en la boca, buscará las letras en busca de
versos, irá en busca del cuento pagado a cambio del trato convenido,
tú me das yo te doy, eterno pago de amantes floreciendo
a oscuras en un desierto rojo
bravío en reflejos del sol que queman la distancia extensa
de la tarde larga antes de la noche triste y sonriente a la vez.
Miradas
duras
sobre
jarrones de plata esmaltada,
recorrerán
las callecitas largas de un pueblo agreste donde el aroma a pasto
seco y el vino en odres de color morado mezcla de vides amargas
ocupadas en otras
simientes fermentadas.
Pasa la tarde
bajo
un triste lamento largo de hastío
y
desencanto tras un confesionario de roble antiguo de un sacerdote de
pueblo inexistente. Y sí, se asomarán después las burdas
declamaciones, extensas explicaciones que no justifican nada, bajarán
las estrellas a caminar por la acera lisa resbalosa y la luna se hará
“la que yo no fui” con cara de beata salida de un escapulario
raro... celos.
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